Fundada hace más de 12 siglos, Fez es la más antigua de las ciudades imperiales. La élite religiosa, intelectual y política del reino de Marruecos fue formada allí hasta el principio del siglo 20. Joya verdadera, Fez siempre irradió sobre el terreno arquitectural. La ciudad rebosa tantos tesoros que es difícil de todos nombrarlos. Lo mejor consiste en recorrerla a través de sus derbs estrechos. Todas las dinastías que dieron forma al reino le dejaron sus huellas. Entre las mezquitas innumerables, medersas, foundouks, fuentes y otros jardines... Es toda la cultura marroquí que desfila bajo nuestros ojos. El monumento más célebre de Fez queda la universidad Al Quaraouiyine y su biblioteca abastecidas de manuscritos muy raros. Pues no es sorprendente que la medina de Fez sea clasificada íntegramente al patrimonio mundial de Unesco. Así su modo de vida y sus tradiciones no dejarán de perpetuarse.
Madrasa Bou Inania es una madrasa edificada en Fez, en Marruecos bajo la dinastía de los Merinides. Es la única madrasa de la ciudad que contiene un alminar, y lindaba también con tiendas que permitían su financiación, así como de letrinas vastas, que testimonian su carácter público. Esta madrasa está abierta a los no musulmanes, con el mismo título que la madrasa Ben Youssef de Marrakech.